MAGNÍFICO RECURSO PARA FOMENTAR LA PRESENCIA DE LA POESÍA EN EL ÁMBITO ESCOLAR Y FAMILIAR Y EL GUSTO POR ESTE GÉNERO LITERARIO COMO MEDIO DE COMUNICACIÓN DE EMOCIONES Y SENTIMIENTOS.
Se trata de un cuento rimado que posee el encanto de la tradición oral, especialmente adecuado para las primeras edades.
A través de unos versos sencillos, frescos, ágiles y alegres, Pedro Villar nos invita a jugar con las palabras, con su rima y ritmo. Nos lleva a memorizarlos sin casi darnos cuenta, a observar la naturaleza, su cielo azul y las caprichosas formas de las nubes; a tomarlas como inspiración y a iniciarnos en la propia recreación poética. Poesía juguetona, divertida y sensitiva que nos transporta al reino del aire presentándonos una historia de amor entre Doña Nube y Don Nubarrón y los preparativos para la ceremonia nupcial. Una historia pasada por agua, alegre, azucarada, una auténtica fiesta.
Las ilustraciones de Jorge Ávila son desenfadadas, espontáneas, llenas de colorido que encantan a los más pequeños y les motivan para realizar sus propios dibujos.
Destaca en la introducción "Ingreso a la estación" una interesante y bella reflexión sobre la importancia de la presencia de la poesía en el ámbito escolar y familiar en la cual sostiene que "la poesía nos enseña a disfrutar del lenguaje, a amar los sueños, la vida y las palabras que la nombran". Considera que la poesía a través de su juego sonoro y de las imágenes que crea nos acerca al descubrimiento y expresión de nuestras emociones y nuestro complejo mundo interior, invitándonos a gozar de los poemas a través del juego y del canto "los versos nacieron para ser recitados, palmeados y cantados".
Sin duda una pequeña joya que enamora y divierte a los más pequeños y que les motiva para observar el cielo y las curiosas formas de las nubes, a intentar describirlas y expresar las emociones que les provocan a través de sus propias creaciones plásticas y literarias.